Carrera hacia el ocaso
Había un hombre sin sombra que solo se dedicaba a correr. Corría contra el tiempo porque temía que si no ganaba la carrera, lo perdería todo. Pero por mucho que corría, su eterno rival siempre iba al exacto ritmo de sus pasos, ni uno más, ni uno menos.
Un día se dio cuenta de que su lucha era inútil. Finalmente se paró. De repente, dejó de ver a su rival. Empezó a amanecer tras de sí, proyectando su sombra hasta el horizonte. De todo esto ya no se percataba; había ganado la carrera.